Tuesday, June 16, 2009

carta-de-amor-para-ti.txt.vbs

Querida Jessica, Me pediste que dejara de escribirte estas cartas. Me dijiste que ellas nunca cambiarían las cosas entre nosotros. Pero no puedo, Jessica. No puedo simplemente... dejarte ir. Hasta Darth Vader, un malvado Señor Sith, no pudo dejar morir a su hijo al final del "Retorno del Jedi".

Me haces sentir tan seguro, Jessica. Tan abrigado. Quiero refugiarme dentro de ti. Como Luke Skywalker se refugió dentro de su Tauntaun para protegerce de las temperaturas bajo cero de Hoth, donde la Alianza Rebelde se escondía del Imperio Galáctico.

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Había una vez un joven y valiente niño, que fue extraído de su hogar, para ser sometido al más duro entrenamiento Jedi. Con el pasar de los años, se hizo muy amigo de la princesa "Amigdala" y se enamoró de ella. El niño, que ahora es todo un caballero Jedi, decidió jugar todas sus cartas a favor de la idea de estar con ella. Y así sucedió. Comenzaron a mandarse cartas, para tratar de disipar la distancia impuesta por la lejanía de sus planetas y por el juramento Jedi, que le prohibía enamorarse. Las cartas fueron una tras otra, una tras otra, hasta que los sucesos ocurridos por la conspiración del imperio para tomar el control del universo, no le dieron el tiempo suficiente al Jedi, para poder escribirle a la Princesa Amigdala.

Las pocas veces que conversaban, aprovechaban para contarse lo más resaltante que había acontecido en los días que no se habían comunicado: la princesa había recibido una oferta de un embajador foráneo para recorrer el vecindario (dígase de los planetas más cercanos), en busca de soluciones a los problemas que acongojaban al pelele ese. Por otro lado, el Jedi se encontraba el los periplos para cerrar el entrenamiento y concluir con su aprendizaje.

El Jedi, siempre se acuerda de su amada princesa, la recuerda, la extraña, y le molesta el no poder hablar con ella como lo hacían antes. Sólo quedan las cartas, escritas y por escribir, que mantienen el hilo conductor de la apostética amistad que se mantiene a pesar de los imprevistos. Cartas que van y vienen, un conjunto de caracteres que se arriman unos al lado de otros para poder darle sentido a las palabras.

Lo que hay en las cartas escritas es la pura verdad, pero hay que tener en cuenta que los contenidos están, en su mayoría, encriptados, no vaya a ser interceptado el mensaje, y se revele su plan macabro, para dominar el mundo.

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