Sunday, September 9, 2012

Misa Misa


La primera vez que nos vimos fue muy casual: para variar estábamos muy alcoholizados, así como estoy yo en estos momentos. La razón de que este blog se llame "Entre copas" es porque busca caricaturizar las reflexiones que pasan por mi cabeza cuando estoy hecho mierda y, por coincidencia, ahora, en estos precisos instantes, estoy hecho un asco.

¿cuál era tu nombre?

Sí ya lo recuerdo, disculpa la intromisión es que te haz alojado en un espacio de mi cerebro que no es muy bueno (mentira) con los detalles. Sí, permíteme explicarte y darte una descripción del espacio que ocupas en mis pensamientos. Dentro del infame galanteo/gileo, te encuentras en un lugar al que llamo el Limbo, ese espacio especialmente difuso de mi cerebro en donde las emociones y las razones más razonables chocan y juegan como si fueran un par de átomos de hierro que buscan afiatarse sin poder decir más; ese lugar en especial se llama corteza craneana sólida, o en español: cerebro.

Me gana el sueño, es cierto, estoy que me duermo y lo único que me ronda la cabeza son tus labios rojos que contrastan con tus mejillas rojizas cual tomate en temporada, esos labios con los que dices que todo está bien, esos labios con los que dices que tengo lindos ojos, esos labios que gustoso probaría para morir en tu veneno.

Se que no soy el mejor escritor, de hecho creo que soy una bestia escribiendo y tengo todo un blog que prueba mi teoría, pero acá estoy haciendo el intento de expresar lo que siento, haciendo el intento fallido de captar tu atención por sólo un instante para que tomes cuenta de mis malas intenciones. Intenciones que obviamente mantengo por debajo de la mesa.

Intenciones que por segunda vez no pude ponerlas en un vaso de cerveza.

Friday, May 4, 2012

Wednesday, April 25, 2012

Eso


El lunes, cuando estaba de regreso a mi casa de la universidad, había una pareja junto a mí, un par de tortolitos que vivían aislados del mundo que los rodeaba y que a penas se daban cuenta de que estaban en un transporte público. Había tenido un día dificil. Había tenido un día de grabación que me dejó sumamente agotado, todo lo que quería era un joint y relajarme antes de soplarme los casi 70 minutos que demora el bus en llegar a mi destino.

Los tortolitos, la pareja en cuestión, estaban abrazados. Ella lo miraba a él, y él a ella, no pude ver la cara de él porque me daba la espalda, pero muy al margen de las cursilerías, las cojudeces y las romanticidades, había algo en la mirada de ella que llamó mi atención. Había algo en la forma en como miraba ella, en como el resto eran detalles, había algo en su mirada que no había visto hace tiempo: eso.

Eso que tuve hace tiempo, eso que me puso de cabeza, eso que me hizo vibrar hasta el tuétano, esa mirada, esa forma de abrazarlo, esa cara, eso. El patín, supongo, también la miraba de la misma forma aunque no pueda confirmalo.

La mirada de ella tenia un brillo especial que me remontó a épocas épicas, a tiempos de antaño, de reyes, enanos, elfos y señores dragones. A mi también me vieron de esa manera.

No sé la verdad, mentiría si dijera que me parecieron ridículos, mentiría si dijera que me parecieron tontos. Solo me quedó mirarlos de reojo mientras escuchaba mi música a todo volumen. Me hicieron acordar a la pareja de novios de zelda, totalmente aislados del mundo. Ella tenía una chompa de rayas blancas y negras, no recuerdo su pelo, no recuerdo tampoco como vestía él, calculo que no tendrían ni 20 años, trato de recordar algo de ella, trato de imaginarme que nombre tendría la tórtola. Ya no recuerdo nada de ellos, solo queda en mi memoria la forma en que ella lo miraba, solo queda en mi memoria que yo tuve eso.

Thursday, February 16, 2012

Conversaciones Casuales No Tan Casuales

En las siguientes lineas trataré de exponer de manera precisa lo que tengo en el pecho.

Febrero es un mes que me deprime, me deprime terriblemente por dos cosas: primero porque que es un mes muy particular para la existencia de los pensamientos de esta mente perturbada y en segundo lugar porque, a raíz de de estos pensamientos, toda la parafarnalia del día de San Valentín me llega al pincho.

El otro día, alrededor de la medianoche, noté gracias a las notificaciones de cumpleaños de facebook que habían pasado seis años desde aquel día en el que, muerto de miedo pero armado de valor le pedí que sea mi novia y aceptó. Tome cuenta de que es algo que recuerdo como si fuera ayer, es algo que me marcó jodidamente para siempre, es algo que sucedió hace bastante tiempo.

Febrero es un mes complicado para mí, es un mes que me deprime y me deprime en serio. Tal vez no he pensado las cosas como yo pensaba que las había pensado, puede ser, pero ante tanta cosa que me da vueltas en la cabeza ¿Qué puedo hacer?

Miro el techo de mi cuarto, el viento me susurra en la ventana, acabo de abrir mi corazón como no lo había hecho en demasiado tiempo, (sorry Dani y en verdad te lo agradesco muchísimo pero no es lo mismo cuando se lo muestras a un completo extraño) y vivo en carne propia las consecuencias de mi operación a corazón expuesto.

Me duele.

Todas las canciones que escribí y que suenan desenfrenadas en mi disco tienen un trasfondo, tienen un más allá si lo escuchas con detenimiento, si analizas palabra por palabra te darás cuenta de todos mis miedos, mis chongos existenciales y de mi completa y total falta de palabras para hablar si no es cantando.

Yo no creo en las repeticiones, no creo en el segundo round. Sonó la campanilla y estoy sentado en el banco, jodidamente herido, jodidamente decepcionado, no puedo ver bien, me cuesta respirar, casi ni escucho las palabras de mi entrenador, no siento la mano izquierda, no siento el pasar del tiempo. Miro a un costado, todo ocurre tan despacio, ese minuto de descanso entre ronda y ronda se me hace interminable, todo ocurre tan despacio, casi no puedo moverme, pero todo sucede en cámara lenta, ya no sé cuanto tiempo falta para empezar nuevamente. Si he de agarrarme a trompadas con alguien por alguien sólo espero que esta lucha que llevo dentro no termine matándome. Sólo espero que este no sea el punto final de los finales, no le pongas punto, no lo hagas, todo sucede en cámara lenta, estoy aquí yo escribiendo estas palabras, estoy tratando de revivir esta historia, peleando por ponerle dos puntos suspensivos.