Thursday, February 16, 2012

Conversaciones Casuales No Tan Casuales

En las siguientes lineas trataré de exponer de manera precisa lo que tengo en el pecho.

Febrero es un mes que me deprime, me deprime terriblemente por dos cosas: primero porque que es un mes muy particular para la existencia de los pensamientos de esta mente perturbada y en segundo lugar porque, a raíz de de estos pensamientos, toda la parafarnalia del día de San Valentín me llega al pincho.

El otro día, alrededor de la medianoche, noté gracias a las notificaciones de cumpleaños de facebook que habían pasado seis años desde aquel día en el que, muerto de miedo pero armado de valor le pedí que sea mi novia y aceptó. Tome cuenta de que es algo que recuerdo como si fuera ayer, es algo que me marcó jodidamente para siempre, es algo que sucedió hace bastante tiempo.

Febrero es un mes complicado para mí, es un mes que me deprime y me deprime en serio. Tal vez no he pensado las cosas como yo pensaba que las había pensado, puede ser, pero ante tanta cosa que me da vueltas en la cabeza ¿Qué puedo hacer?

Miro el techo de mi cuarto, el viento me susurra en la ventana, acabo de abrir mi corazón como no lo había hecho en demasiado tiempo, (sorry Dani y en verdad te lo agradesco muchísimo pero no es lo mismo cuando se lo muestras a un completo extraño) y vivo en carne propia las consecuencias de mi operación a corazón expuesto.

Me duele.

Todas las canciones que escribí y que suenan desenfrenadas en mi disco tienen un trasfondo, tienen un más allá si lo escuchas con detenimiento, si analizas palabra por palabra te darás cuenta de todos mis miedos, mis chongos existenciales y de mi completa y total falta de palabras para hablar si no es cantando.

Yo no creo en las repeticiones, no creo en el segundo round. Sonó la campanilla y estoy sentado en el banco, jodidamente herido, jodidamente decepcionado, no puedo ver bien, me cuesta respirar, casi ni escucho las palabras de mi entrenador, no siento la mano izquierda, no siento el pasar del tiempo. Miro a un costado, todo ocurre tan despacio, ese minuto de descanso entre ronda y ronda se me hace interminable, todo ocurre tan despacio, casi no puedo moverme, pero todo sucede en cámara lenta, ya no sé cuanto tiempo falta para empezar nuevamente. Si he de agarrarme a trompadas con alguien por alguien sólo espero que esta lucha que llevo dentro no termine matándome. Sólo espero que este no sea el punto final de los finales, no le pongas punto, no lo hagas, todo sucede en cámara lenta, estoy aquí yo escribiendo estas palabras, estoy tratando de revivir esta historia, peleando por ponerle dos puntos suspensivos.