Friday, July 24, 2009

fuck the 182 (2)

Dale Click

Wednesday, July 22, 2009

Ella bailaba sola


Su cabeza se movía la ritmo del desenfreno producido por las altas y bajas frecuencias de la canción de Kyle Minogue.

Ella bailaba y no le importaba lo demás. Ella bailaba y lo demás estaba de más, su mirada no decía nada, sólo la percepción de su presencia era suficiente. Entre las personas que se encontraban en el bar, el alcohol y los desmadres, ella brillaba con su pantalón rojo y su chompa blanca. Ella bailaba sola, sus ojos cerrados y su cabeza moviéndose de un lado a otro, invitaban a los parroquianos a observarla detenidamente.

(...)

Ella bailaba sola cuando me encontraba bailando solo. Su mirada, su nombre, el sonido de la música, que a todo volumen, no me dejaba oír lo que ella decía.

Ella bailaba sola y el único recuerdo que me llevé, no fue un beso, no fue su MSN, tampoco fue su número, sólo fue su nombre, su edad y un encendedor en mi bolsillo izquierdo.

Ella bailaba sola y no le importaba lo demás.


Saturday, July 11, 2009

Alguna vez tuve un blog


BANG!!! el disparo sólo lo escucharon mis ojos. El disparo silencioso fué escrito en tinta roja.

Cuando me encontraba completamente consternado por los últimos acontecimientos ocurridos en el preámbulo de mi extirpación cardíaca, justo en ése momento, encontré una confirmación de "entrada publicada satisfactoriamente"... Letra por letra, palabra por palabra, línea por línea, frase por frase, párrafo por párrafo; se fué derrumbando la ilusión y la armonía ficticia que me tenían embobado.

Leí cosas que no debí, y cual paladín ensangrentado y rendido, caí derrotado por una batalla perdida antes de que sea forjada mi espada. La batalla de los mil días, la batalla por los sentimientos causantes de las reflexiones de una mente perturbada.

Fuí, vine, caminé, lloré, tomé, aluciné, volé, quemé, pistié, motié.

Y enfoqué todas mis decepciones, todos mis sentimientos encontrados en un rincón del internet que fué testigo de mis alucinadas y lamentos. Comencé a escribir, a digitar letras, palabras, frases, enfocando mi angustia y mis decepciones en palabras que, ya, no tienen sentido.

Así sucedió hasta que la angustia se volvió cólera, la paciencia en ansia y el amor en odio.

Entonces las palabras cambiaron de nombre y de dominio y comenzaron a ser más exacervantes, comenzaron a ser escritas con bilis, la cólera la decepción y sobretodo la indignación llenaron mi alma. No podía creerlo, al final yo era un monigote, un pelele, un pánfilo descartado sin el más mínimo remordimiento, completamente prescindible como la colilla un cigarro, que una vez cumplida su función, su siguiente paradero ya no serín sus labios, sino el último espacio encontrado en un cenizero.

Camino y sigo quemando cerebro, pienso mucho, y pienso solo. Me autosugestiono, me autoconvenso, me apago un cigarro en el brazo, mientras que empiezo a disfrutar el dolor y el olor a carne quemada. Camino y sigo pensando en la mirada gris que me dieron sus ojos, la última vez que coincidieron nuestras pupilas.

Prenderás otros cigarros.

Yo seguiré caminando y subiré el volumen de mi iPod, ha empezado a llover, mientras que apreto el botón que cambia aleatoriamente de canción en la lista, espera, un momento, esta canción me gusta, me hace sonreir, me recuerda que a veces mis pensamientos, me tienen en un carrusel...