Sunday, November 23, 2008

... de Jinetes y Dragones

Había una vez un noble joven que quería ser caballero.

Vivía tranquilo, sin prisa, ni nada, nada en la escuela, nada de nada. Un día estaba caminando por ahí y se encontró con una linda damicela:

-¿Hola, cómo estas?- dijo él
-Bien, bien y y ¿tu?
-cansado, pero no rendido ¿cómo te va con tu novio?
-ah... ya terminé con él
-ohh ya veo, entonces te puedo invitar a la feria. Va a estar genial, todo el mundo va a ir.
-¡ya! eso seria fenomenal...
-entonces te veo... ¿mañana por la noche?
-a las 8, buscame en mi casa
-¡listo! te veo mañana
-¡adios!

Con el pasar de los días, se hicieron muy amigos, salían a todas partes y un sentimiento comenzó a brotar en medio de esa AMISTAD que tenian. Se enamoraron, y se volvieron novios. Se llevaban muy bien, aunque una que otra vez no se entendían, pero sobrellevaban las diferencias de gustos y géneros. Estaba todo bien hasta que un dia un dragón se raptó a la doncella y se la llevó a la ultima habitación de la torre más alta del castillo que custodiaba junto con un río de lava.

El joven caballero se emprendió en una búsqueda interminable para rescatar a su novia... que estaba muy agusto en el castillo. Cuando porfín llegó a la torre, la princesa no quizo ser rescatada. El joven caballero tuvo que regresar con pena y sin gloria de su aventura.

Hace unos días, me encontré con la tía de una ex-enamorada y no pude evitar la sensación de mariposas en el estómago. Fué algo muy raro, hacía mas de dos años que no nos veíamos y todo fue tan casual, como si no me hubiera alejado, como si no hubiera pasado nada de nada.

Hay veces en las que no importa la adventura que hallas vivido, ni los calabososo en los que hallas estado, siempre siempre quedarán escritos en el libro de tu vida, tengo muchas ganas de verte en verdad, pero creo que lo mas conveniente es que no, nó porque no tenga nada que decirte, no porque no quiera verte, no porque no se que hacer. Prefiero no verte, porque no quiero alimentar con aire caliente, la corriente de aire frio que vuela en mi cabeza, no quiero empezar otro huracán.

Me basta saber que no me extrañas, me basta con saber que tampoco piensas en mí, me basta con saber que fuimos como una estrella fugaz, que brillo y luego desapareció.

¿Y las promesas? son la trama de otro cuento.

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